Mi marido tiene un amigo que viaja mucho por su trabajo y porque le gusta conocer lugares exóticos con todo lo que esos sitios pueden ofrecerle, sobre todo en el aspecto sexual, sobre lo que ya nos había contado de su anterior experiencia en un viaje a tierras sudamericanas como quedó reflejado en mi anterior relato “Haciendo turismo sexual”. Esta vez había viajado a Tailandia, a pasar unos días de vacaciones acompañado de un amigo que le convenció para ir allí, ya que a él no le atraían especialmente las mujeres asiáticas, pero este viaje cambió totalmente su concepto sobre ellas y tal como nos reconoció volvió enamorado de su encanto. Y esto es un resumen de lo que nos contó: ““Al llegar allí hicimos lo típico de todos los turistas en busca de emociones fuertes, caminar por las calles donde se concentran los clubs y locales de strip-teasse a donde continuamente nos invitaban a entrar con insistencia, pudiendo visitar de este modo unos cuantos donde nada más entrar, donde ya te dej