"LA CUIDADORA" por VERONICCA

  El otro día, por la calle, me encontré con un chico que hacía años que no veía, desde que dejó el Colegio donde yo había trabajado de Cuidadora durante unos años y recordé la historia que me había pasado con él, y creo que a él no se le debió de olvidar tampoco, por lo que paso a contaros.

Resulta que me pasé unos años trabajando como Cuidadora durante el tiempo del mediodía para los niños que se quedaban a comer en el Colegio, lo que propiciaba que se creara una confianza con ellos al conocerlos mejor, destacando algunos por ser más sociables y graciosos con la curiosidad y la inocencia típica de esas edades.

Este era el caso de este chico, que se llamaba Nicolás, el cual, a mi compañera y a mí nos hacía mucha gracia porque siempre se quedaba mirándonos como embelesado, notando nosotras como fijaba sus ojos en nuestras tetas o piernas cuando quedaban al descubierto, debido a unas batas blancas que llevábamos sólo con la ropa interior debajo y que al movernos  solía abrirse más de lo normal permitiendo o provocando esas miradas indiscretas por parte de todos los niños en general, a lo que nosotras no dábamos importancia, pero en el caso de Nicolás era más descarado que los demás, haciendo aflorar un cierto morbo por nuestra parte, motivado por la situación, e incluso había ocasiones en las que nosotras mismas le provocábamos para que nos mirara, muriéndonos de risa con las reacciones del crío.

Un día llegó con un brazo escayolado hasta la mano, por lo que le preguntamos que le había pasado:

.- Me caí de la bicicleta y me rompí el brazo.

.- Vaya faena. Ahora tendrás que estar un tiempo así.

.- Sí, es un rollo, no puedo hacer nada y necesito ayuda para todo.

.- Bueno, no te preocupes, nosotras te ayudaremos en lo que necesites……

Nico, como le llamábamos nosotras, al no poder jugar con sus amigos, se quedó a nuestro lado, mirándonos como otros días, pero ahora de forma más insistente fijándose en los momentos en que mostrábamos partes de nuestra intimidad cuando se nos abría la bata, notándose en él una mayor curiosidad sexual que sus compañeros, lo que nos hacía tener una mayor complicidad con él.

Yo sabía que era su preferida por la forma de mirarme y a mí se dirigió cuando necesitó ir al baño:

.- Karla, ¿me ayudas para ir a mear?

.- Claro, cariño, vamos a meternos en el baño de minusválidos, que es más grande y estaremos más cómodos.

Al ir a bajarle la cremallera, me sorprendió notar que el crío estaba empalmado, costándome un poco de trabajo sacársela, por lo que empezó a darme un especial morbo esa situación, cuando finalmente pude sacar su pollita del pantalón, aunque debería decir pollaza, porque su tamaño era considerable para su edad, dejándome sorprendida:

.- ¡Jo-joder! Nico, tienes que preguntarle a tu madre como se fabrica esto, porque yo quiero tener una así a casa, jaja.

Aproveché ese momento para acariciársela de arriba abajo, pasando mis dedos también por sus testículos, jugando con ellos, lo que únicamente sirvió para que su polla se pusiera más dura todavía, mirándome el crio, con curiosidad, como me recreaba en los tocamientos, pero fijándose en mi escote, por el que así agachada, podía verme las tetas, por lo que le pregunté:

.- ¿Te gustan mis tetas?

.- Sí, jaja, mucho, son muy grandes…… ¿Me las enseñas?

.- ¿Qué dices? No seas descarado.

Viendo su cara de pena, me dio ternura y le dije:

.- Bueno, sólo un poco, ¡eh! Pero no se lo digas a nadie.

.- Vale.

Me abrí la bata y bajé el sujetador para dejárselas a su vista, sujetándolas con las dos manos, quedándose Nicolás con los ojos abiertos como platos:

.- Uuufff, como se mueven…..

Supongo que instintivamente, él alargó la mano para tocármelas, pero se la quité:

¡Eh! Quieto, no se toca….. Venga, ya viste bastante.

Me las volví a tapar, pero la que tocaba bien, en este caso, era yo, que seguía con su polla en mi mano, esperando a que meara, diciéndome:

.- Quiero mear en la botella, como cuando era pequeño. (Acordándose él de cuando eran más pequeños y durante las excursiones, les poníamos una botella para que mearan en ella).

.- Ahora eres mayor y ya no te cabe en la botella, jaja, sobre todo con este tamaño que tienes, que me recuerda a la de mi marido.

.- ¿Tú marido la tiene así?

.- Bueno, cuando se le pone dura, un poco mayor, pero no me quiero imaginar cuando tú tengas su edad, como la tendrás……

Yo, en ese tiempo estaba casi recién casada, pero como mi marido se pasaba muchos días fuera de casa por el trabajo, esta situación me estaba excitando mucho y ya estaba cachonda perdida con la polla de Nico en mi mano,  disfrutando de ella:

.- ¿Qué pasa? ¿Qué no te sale……?

.- Es que cuando la tengo dura no me sale el pis. Me pasa con mi madre también.

.- ¿Con tu madre? ¿También te la coge ella para mear?

.- Sí, me ayuda como tú. Y se me pone dura también.

.- No me extraña. ¿Y que hace tu madre para bajártela?

.- Me hace la paja:

.- ¡Dios! ¿Tú madre te hace pajas….?

.- Sí, pero también me las hago yo solo, aunque estando así……, me arreglo peor.

.- ¡Vaya! Pobre, pero si apenas te saldrá nada a tu edad……

.- No, pero me sale un líquido que me da mucho gusto…..

.- ¿Quieres que te la haga yo para que puedas mear?

.- Siii…..

Yo empecé a meneársela al crío, como hacía con mi marido, excitándose de tal forma que volvió a meter una mano por mi escote para tocarme las tetas, lo que yo esta vez sí le permití hacer, porque estaba muy excitada también viendo como las primeras gotas salían de su glande, pasando mis dedos por ese líquido pegajoso, dejándolo reluciente con un aspecto de lo más delicioso que me apetecía lamer, a lo que no pude resistirme ante la satisfacción de Nico, que veía como me había entregado a disfrutar de todo lo que él me ofrecía.

Apenas tenerla metida en la boca, un delicioso líquido empezó a manar de su polla, que yo degustaba y tragaba, sujetándolo por su culito para metérmela hasta la garganta entre los gemidos del crío:

.- ¡¡Aaaahhhh, que  gustoooo…….!!

Yo estaba como enloquecida también y necesitaba satisfacer mi calentura como fuera, así que sacándomela de la boca, me senté en el wáter desabrochándome la bata y poniéndome con las piernas abiertas, colocando a Nicolás entre ellas para que apartándome la braga a un lado, metiera su polla en mi coño abierto y mojado, recién depilado, como le gustaba a mi marido, empezando a follarme, mientras miraba ensimismado mi cuerpo.

Yo misma dirigí sus movimientos, como si él fuera una especie de muñeco que yo manejaba a mi gusto, por lo que pronto empecé a sentir la llegada de mi orgasmo, ya que la polla de Nicolás estaba dándome todo el placer que cualquier hombre podría darme:

.- ¡Aaggghhh, mmmmm, ooohhhh, que rico……, me viene, me viene…… aaaaooohhh!

Mientras me follaba, Nicolás jugaba con mis tetas, de una talla 95c, con grandes aureolas y pezones oscuros ya totalmente erectos en ese momento, sobándolas y chupándolas entusiasmado, como si fueran el mejor juguete que pudiera tener y sin que pareciera que mis gritos de placer le sorprendieran especialmente, diciéndome él:

.- Mi madre hace igual que tú cuando la folla mi padre…….

Así que este crío veía a su madre follar…….. No me extrañaba que fuera tan despierto sexualmente y tuviera tanta picardía, pero eso me calentaba más todavía y me causaba más morbo con todo lo que me había contado de su madre cuando le hacía las pajas, imaginándome mil situaciones perversas en su casa entre los dos……, pensando para mí, si yo cuando tuviera un hijo así, me iba a comportar igual…….

Nicolás seguía con la polla dura y aunque parecía que ya no le salía tanto líquido como antes, yo seguía haciendo que me follara sin parar hasta que me corrí nuevamente, algo que no solía pasarme, ya que soy mujer de un solo orgasmo en cada vez que me follan.

Al terminar, me temblaban las piernas y Nicolás parecía también como algo mareado, cuando finalmente, al bajársele la polla un poco,  acabó meando, una vez liberada su tensión. Yo no sabía cuánto tiempo había pasado encerrada en ese baño con Nico pensando si mi compañera y los demás nos habrían echado de menos, así que salimos con miedo de que me preguntaran y no supiera que decir.

Mi compañera Menchu, al verme sonrió, diciéndome:

.- ¡Quéee! ¿Qué habréis estado haciendo tanto tiempo….?

.- Es que Nico no acababa de mear e hicimos tiempo……

.- Ya, claro, y yo me lo creo. Si no hay más que verte, toda sofocada, como si hubieras echado el polvo de tu vida, jaja….. Y abróchate bien la bata…….

.- No seas así, que cosas dices…..

Yo, al verme descubierta, no tuve más remedio que confesar…….:

.- Buufff, …. Tienes razón….. Es que no sabes el pollón que tiene Nico. No sé qué me ha pasado, me he vuelto loca.

.- ¡No me digas!…… Oye, yo no voy a decir nada, pero a ver si el crío va hablándolo por ahí,…. Ya sabes cómo son…….

.- Espero que no, ya le avisé, que si quiere repetir, no tiene que saberlo nadie.

.- La próxima vez me dejas acompañarlo a mí al baño, jaja.

.- Él estará encantado. No sé cómo estamos haciendo estas cosas……..

.- Por la calentura, amiga. No te lo conté, pero yo el año pasado, también estuve con uno…..

.- ¿Y eso?

.- Me pasaría como a ti…. El crío era un poco descarado también y acabé follándomelo, jaja.

Al día siguiente, mi compañera y yo estábamos un poco nerviosas esperando a ver si Nico había venido al Colegio, pero cuando llegó la hora del Comedor, allí estaba con su brazo escayolado, diciéndome mi compañera:

.- ¿Si hoy te pide ayuda para ir al baño, me dejáis ir con vosotros?

.- Bueno, no sé, no podemos dejar desatendido el comedor…..

.- Será solo un momento. Es que si dices que la tiene tan grande, ya me ha dado curiosidad.

Después de la comida, Nico volvió a acercarse a mí para ir al baño:

.- Está bien, vamos.  ¿Te importa que venga Menchu con nosotros?

.- No, así ayuda también…… (Dijo con picardía Nico).

Nos metimos nuevamente en el baño de minusválidos cerrando el pestillo para evitar interrupciones, empezando yo a bajarle la cremallera del pantalón a Nico, pero estaba atascada y le pedí ayuda a Menchu:

.- Será mejor que le bajemos el pantalón, debe estar la cremallera estropeada.

Entre las dos tiramos del pantalón hacia abajo, saliendo su polla como un resorte hacia arriba toda dura ya, provocando la exclamación de mi compañera:

.- ¡Madre mía….! ¿Qué es esto? Tenías razón, Karla.

Menchu agarró la polla de Nico con la mano, sin creerse todavía como podía tener ese tamaño, diciendo en voz baja:

.- ¡Qué maravilla! Esto no lo tiene ni mi marido, jaja.

.- Pues anda, aprovecha todo lo que quieras, pero no podemos tardar mucho en salir, porque se extrañarán de no vernos.

Menchu no perdió el tiempo y después de masturbarlo un poco, ya se la metió en la boca, primero chupando el glande golosamente y luego dejando que entrara toda hasta su garganta, para hacer como si la follara, provocando los gemidos de Nico al sentir el contacto con ella, sacándosela Menchu un momento para decirle:

.-No te corras todavía cariño……

Tranquilizándola yo:

.- No te preocupes por eso, que éste tiene reservas para darnos a las dos y todavía le quedará para su madre al llegar a casa, jaja.

.- ¿Cómo dices esas cosas? ¿Es que sabes que su madre lo disfruta también?

.- Pues claro……, que inocente eres…..

Menchu seguía degustando la polla de Nico y como no la soltaba, me agaché yo también para que me dejara compartirla, y allí nos pusimos las dos a chuparle la polla, mientras él nos miraba sujetando nuestras cabezas con la mano que le quedaba libre, para que no dejáramos de lamérsela.

Nico empezó a soltar ese líquido maravilloso que nos embriagaba, dándonos unos sofocos que nos hicieron quitarnos la ropa, para que el crio pudiera admirar y tocar nuestras tetas a su antojo, sobre todo las de Menchu, que le llamaban más la atención y ella le puso su polla entre sus pechos para masturbarle con ellas, aumentando su excitación.

Las tetas de Menchu eran más grandes que las mías, pero también más caídas, por  haber tenido dos embarazos, uno bastante reciente, por lo que estaba dando de mamar todavía a su hija pequeña, teniéndolas rebosantes de leche en ese momento, que se le escapaba por los pezones, lo que llamó la atención de Nico, que empezó a mamárselas con un entusiasmo que puso más cachonda a Menchu todavía, metiéndose los dedos en su coño mientras Nico le sacaba le leche aliviando la presión de sus pechos.

Viendo aquella escena, totalmente excitada, yo había perdido la noción del tiempo, sin importarme lo que pasara fuera o si nos estaban buscando y lo único que quería era que Nico me metiera la polla para calmar la calentura de mi coño que manaba flujo sin parar, así que me las arregle para que mientras seguía mamando las tetas de Menchu, pudiera follarme a mí en aquel lugar tan incómodo para colocarnos bien, pero no me importó y finalmente pude tenerlo entre mis piernas, follándome como la vez anterior, matándome de placer y arrancándome en tiempo record mi orgasmo entre gritos de placer, ¡aaahhh, mmmmmm, si, sigue, qué bueno……!, sin pensar que podrían oírnos fuera, pero por suerte, los baños estaban un poco apartados y no nos oirían a no ser que alguien fuera por allí.

Menchu tampoco quiso perderse el gusto de que Nico la follara y se tumbó sobre una toalla que había allí, para que Nico se le pusiera encima y empezara a follarla con una energía que no había perdido desde el primer momento, sacando de ella los mismos gritos y gemidos que a mí:

.- ¡Aaahhh, aagghhh, ooohhhhh, mmmm….!

Nico no soltaba sus tetas mientras metía y sacaba su polla del encharcado coño de mi compañera, además bastante abierto a causa del parto, por lo que Nico no sé si estaría sintiendo mucho roce en su coño, cuando sorpresivamente, Menchu se dio la vuelta poniéndose a 4 patas y pidiendo a Nico que se la metiera por el culo.

A mí me sorprendió el vicio de mi compañera, aunque en esas circunstancias, todas las mujeres nos desatamos y nos volvemos unas putas a ojos de los hombres, preguntándola yo:

.- ¿Te gusta por el culo?

.- Sí, porque después de los partos, mi marido no aguantaba la cuarentena sin follarme y empecé a dejarle que me la metiera por el culo para que se desahogara y ahora nos encanta a los dos.

Nico, aprovechando el flujo que había soltado Menchu, no tuvo mucha dificultad para que su polla entrara en el ano de mi compañera, que le había ofrecido su  generoso culo en esa posición tan morbosa y preferida por muchos hombres, al verla por detrás y con libertad para marcar su ritmo de enculada, estando las mujeres a merced de ellos, sintiendo como sus pollas entran profundamente en nuestro interior.

A pesar de su inexperiencia en esta posición, Nico agarraba por las caderas a Menchu, dando fuertes empujones con su polla en el culo de mi compañera que mezclaba gritos de dolor y placer, al sentir el ímpetu del chaval, que estaba disfrutando de lo lindo por la presión que sentía en su polla hasta correrse de un modo más intenso que en las veces anteriores, fijándonos que el líquido era más blanco también, por lo que supuse que habíamos conseguido sacarle su primera corrida de semen de verdad, provocándole un placer que le dejó casi desmayado tumbado sobre el cuerpo de Menchu, asombrada también por los restos de semen que salían de su culo.

No sé el tiempo que habíamos estado allí los tres juntos, pero rápidamente nos vestimos y nos arreglamos para poder salir sin levantar sospechas, haciéndolo de forma separada.

El pobre Nico parecía sin fuerzas, quedándose sentado en una de las sillas y llamando la atención de una de las profesoras que lo vio:

.- ¿Estás bien, Nico? Tienes mala cara……

A lo que rápidamente contesté yo:

.- Es que le sentó mal la comida y estuvo vomitando en el baño.

.- Vaya, bueno, quédate ahí a ver si te recuperas, sino, llamamos a tu mama para que venga a buscarte.

.- No la llame. Estoy bien, ya estoy mejor.

Por suerte, la profesora no siguió preguntando y pudimos salvarnos en esa ocasión, pero la calentura nos estaba haciendo correr demasiados riesgos y tendríamos que tener más cuidado la próxima vez, porque yo ya estaba pensando en la siguiente oportunidad, jaja.

Pasaron unos días sin que tuviéramos ocasión de repetirlo, hasta que un día, después de la comida, hacía rato que no veíamos a Nico y nos pusimos a buscarle sin encontrarlo, hasta que fuimos a los baños para ver si estaba allí.

Al acercarnos ya oímos hablar y risas detrás de una de las puertas, pero antes de abrir, nos quedamos escuchando lo que decían, en este caso, Nico:

.- Otros días vengo aquí a follarme a las Cuidadoras.

.- Eso es mentira. Como van a follar con un niño. Además, ellas están casadas y tienen marido para hacerlo.

.- Pero a ellas las gusta hacerlo conmigo.

Nicolás no estaba cumpliendo su palabra de no contar lo que hacíamos con él y decidimos abrir la puerta, encontrándonos  a Nico con  dos niñas dentro. Eran dos compañeras de Nicolás, una rubita, delgadita, que se llamaba Paula, que era de las más monas de la clase y la otra era Cristina, morena, más gordita y desarrollada, que empezaba a llamar la atención por sus pechos. Nico estaba con los pantalones bajados y las dos crías,  medio desnudas, con la mano en su polla completamente en erección, quedándose paralizados al vernos:

.- ¿Qué hacéis aquí? ¿Nico, qué haces con estas niñas?

Como Nico ni ellas decían nada, Menchu dijo:

.- Pues que van a hacer….., que a estas crías ya les gustan las pollas…..

Intentando disculparlas yo:

.- Bueno, mujer, será que tienen curiosidad, por la edad, como nosotras…….

.- Ya, claro; veréis cuando lo sepan vuestros padres.

Contestando una de ellas:

.- No, por favor, no les diga nada, que se van a enfadar.

.- ¿Es que ya habéis tocado más pollas?

Paula se apresuró a decir:

.- No, esta es la primera.

Pero la otra seguía callada sin decir nada, por lo que insistimos:

.- ¿Y tú qué?

.- Yo sí……

.- ¡Ah, vaya!, ¿a otros niños? ¿Os traen otros niños a los baños?

.- Esta es la primera vez que venimos. No, a ningún niño, fue la de mi padre.  

.- Ya me lo imaginaba. Y tu madre no lo sabrá, claro.

.- No, ella no se entera.

.- Lo típico, jaja. Bueno, venga, marcharos, no diremos nada a vuestros padres, pero dejarnos a nosotras con Nico.

Las niñas respiraron aliviadas, pero también se fueron un poco contrariadas por haberles estropeado la fiesta, hablando entre ellas en voz baja:

.- (¡Jo, qué cara!, nos echan para quedarse ahora ellas a solas con Nico…..)

Nicolás seguía con su polla dura apuntando hacia arriba y le preguntamos:

.- ¿Sólo te la tocaban o hacíais más cosas?

.- También me la chuparon.

.- Míralas que listas, esas mocosas ya chupando pollas.

.- Las gusta (responde Nico con una sonrisa pícara).

.- Pero por lo que veo te han dejado con las ganas. Tendremos que ayudarte un poco, jaja. Para otras veces que quieras venir al baño, nos avisas a nosotras.

.- Sí, yo lo prefiero, pero Cris y Paula quisieron venir conmigo.

.- Pero sería por algo. ¿Tú hablaste con ellas de estas cosas?

.- No, pero escucharon a mi madre hablar con la de una de ellas.

.- ¿Y que la decía tu madre?

.- Que yo la tenía muy grande.

.- Vaya, que cotilla tu madre, y la otra muriéndose de envidia, jaja.

.- Claro, y estaba allí su hija escuchándolo también. Y cuando me vio me dijo que se la enseñara, por eso vinimos aquí.

.- Qué espabiladas estas crías…… 

Todo esto lo hablábamos con él mientras le tocábamos la polla y se la manteníamos dura:

.- Bueno, ya me dieron las ganas….. ¿Te subes tú primero, Menchu, o yo?

.- Déjame a mi primero, hasta que me corra y luego me voy al patio, por si nos echan de menos.

Menchu se montó sobre Nico, dejando sus tetas delante de su cara para que se las chupara y tocara a su gusto y empezó a darle unas buenas sentadas, sujetando yo a Nico por detrás,  gimiendo cada vez más fuerte hasta que le llegó el orgasmo:

Sí, aahhh, aahhhgggg, que buena polla tienes…., mmmm, yaa, yaaaa……

Una vez conseguido su orgasmo, Menchu se salió, sin que Nico llegara a correrse. Era increíble lo que aguantaba el chaval. Así que me puse yo encima a follarle otra vez, también de forma rápida, simplemente para desahogarme, porque ya llevábamos tiempo en el baño y las niñas podrían imaginarse algo y decírselo a sus madres, aunque ellas también podrían salir perjudicadas, así que confiaba en que no dijeran nada, por lo que pude relajarme con Nico hasta llegar al orgasmo y haciéndole correrse a él también, siendo su líquido cada vez más espeso y más similar al semen, aunque quizás me lo pareciera a mí, al mezclarse con mis flujos.

Una vez me la sacó, se la estuve lamiendo un rato hasta dejársela bien limpia, disfrutando de ese sabor a sexo en mi boca.

Cuando salimos  nos encontramos a Menchu, teniendo una cara seria y preocupada, con las niñas que habían estado con Nico:

.- Paula y Cristina, que dicen que saben lo que hacemos con Nico, que nos estuvieron escuchando en los baños.

.- Ya veo, y …... ¿Qué va a pasar ahora?

.- Quieren que las dejemos estar con él y hace r lo mismo……

.- ¿Lo mismo? Pero sois pequeñas todavía.

.- También Nico es pequeño y lo hace con vosotras…..

.- Sí, pero es distinto…… (sin creerme mucho lo que yo misma decía) Uuufff, que lío…..

Las niñas nos miraban de forma retadora y al final tuvimos que ceder.

.- Bueno, está bien, pero estaremos nosotras presentes también, para que hagáis las cosas bien.

Las crías se lo pensaron un poco, pero al final cerramos el acuerdo para evitar males mayores. Al día siguiente, después de la comida, iríamos todas juntas con Nico a los baños del Colegio.

Tomando las debidas precauciones, fuimos yendo al baño de minusválidos, porque era más amplio para estar más cómodamente, siendo la situación un poco embarazosa, porque nunca nos habíamos visto metidas en algo así:

.- Bueno, niñas, ¿qué queréis hacer?

.- Pues follar.

.- ¿Follar?

.- Pero vosotras no habéis follado todavía.

.- No, pero una amiga nuestra si lo hizo, y nos dijo que daba mucho gusto.

.- Sí, claro, caray con estas crías…… Pero antes de eso se hacen otras cosas….. Ya se la habéis tocado a Nico y chupado, nos dijo él. ¿Os gustó?

.- Sí, estaba rica y me daba gusto en el chichi.

.- Bueno, pues empezad a hacer eso.

Nico se bajó el pantalón enseñándolas la polla, poniendo cara de sorpresa al verla, impresionadas todavía con su tamaño.

.- ¡Jo, qué grande!

Cristina, la más gordita fue más decidida y alargó la mano hacia la polla de Nico, poniéndose de rodillas para empezar a chupársela, lamiendo su glande al principio, para luego intentar metérsela en la boca, aunque no le cabía toda y se conformó con meter sólo la mitad, llegándola ya a la garganta lo que la provocaba unas arcadas, pero no la importó mucho y queriéndose hacer la mayor, siguió chupando dando placer a Nico, aunque también la dijo:

.- ¡Eh! Cuidado, no me muerdas….

.- ¡Ay, perdón!

.- Es normal, no te preocupes, tienes que aprender.

Paula les miraba mordiéndose la lengua, viendo como su amiga chupaba la polla, por lo que la dije:

.- Anda, chúpala tú ahora, que ya te veo las ganas……

Se agachó junto a su amiga, que se la dejó para que empezara a chupar ella también, y haciéndose la experta, la indicaba como debía de hacerlo:

.- Sí, que ya sée……

Las dos se tocaban el coñito, mientras chupaban la polla de Nico y nosotras, cachondas perdidas viendo la escena, también nos tuvimos que tocar, siguiendo indicándoles lo que tenían que hacer:

.- Ahora que Nico os chupe el coño para prepararlo a ver si puede meteros la polla. Tumbaros en el suelo.

Las crías se tumbaron con las piernas abiertas, enseñándonos sus vaginas, sin pelos todavía, pero  ya bastantes mojadas  por haberse estado masturbando, empezando Nico por Paula, pero viendo a la otra, a mí me dieron muchas ganas de chupárselo yo también:

.- Te voy a ayudar, Nico.

Me puse entre las piernas de Cristina a lamer su rajita llena de jugos y la verdad es que nunca me había imaginado hacer una cosa así, pero la excitación del momento, me estaba llevando a hacer cosas impensables, ante la cara de sorpresa de mi compañera, a la que se le notaba el morbo que la estaba dando todo eso también, sobando las tetas de la cría..

Mi lengua metiéndose en la rajita de Cristina, la estaba haciendo retorcerse de gusto, gimiendo sin parar:

.- Mmmm, aaahhh, aaahhh, aaayyy…….

Paula también estaba disfrutando con la lengua de Nico, teniendo las dos completamente mojado su coñito y al meterla los dedos comprobé como se iba abriendo cada vez más, diciéndole a Nico:

.- Ya puedes follarlas. Métesela primero a Cris, que lo tiene más grande.

Nico se tumbó sobre la cría, ayudándole yo a que se la metiera un poco solo, al principio, pero al apretar, Cristina se quejó un poco, aunque le dijo que siguiera metiéndola. Estaba visto que querían hacerse las mayores ante nosotras y a pesar del inicial dolor quiso que NIco siguiera follándola sabedora de que luego la vendría el gusto y un poco de sufrimiento habría valido la pena.

La vagina de Cristina era gordita y fue admitiendo perfectamente la polla de Nico en su interior, llegando un momento en que sus quejidos se convirtieron en gemidos de placer, aumentando Nico el ritmo hasta que el grito final de Cris nos indicó que ya se estaba  corriendo como una auténtica mujer, diciendo Paula algo nerviosa:

.- Ahora me toca a mí…..

Nico se la sacó a Cris y se tumbó sobre Paula, con la polla llena de los flujos de su amiga y de sus líquidos preseminales, lo que facilitó la entrada en el coñito de Paula, más estrecho que el de Cris, lo que no evitó sus quejidos iniciales al sentir como la iba entrando una polla quizás demasiado grande para su edad, saliendo un hilo de sangre de su vagina, prueba de haber sido desvirgada.

Pero Paula también quiso aguantarse ese dolor inicial, para no ser menos que su amiga, hasta que al poco rato empezó a gozar de la follada que le estaba dando Nico, gimiendo muy fuerte, casi fuera de sí, sintiendo como un largo orgasmo la dejaba casi sin respiración, pero Nico siguió con su mete-saca hasta que él también lanzó un fuerte grito, anunciando su primera corrida de semen, viendo como un chorro blanco salía disparado de su polla, cubriendo la vagina y la barriga de Paula que lo miraba con la boca abierta por la sorpresa.

Esta vez Nico sí que se quedó como si fuerzas, tumbado al lado de Paula, reparando nosotras en que Cristina no había sangrado al ser follada, por lo que la preguntamos:

.- ¿Es que tú no eras virgen ya?

Ella un poco avergonzada, nos confesó que en una ocasión su padre se la había metido un poco y la había dolido mucho, por lo que supone que esa vez la desvirgó, aunque no se pudiera hablar de una follada completa como la que había tenido ahora.

Como habíamos estado bastante tiempo metidos en el baño, fuimos saliendo con discreción para no llamar la atención, aunque después de esa ocasión, estos encuentros se repitieron algunas veces más, hasta que acabó el curso y ya dejé de trabajar allí.

El caso fue que el rato que estuve hablando con Nicolás, me vino toda esta historia a la cabeza, y creo que a él también, sin que la mencionáramos en ningún momento, hablando de otras cosas típicas de cuando se encuentran dos conocidos que hace tiempo que no se ven.


(Relato patrocinado por rox)


Comentarios