"LLEVÉ A MI HIJA AL GINECÓLOGO" por VERONICCA

 Cuando mi hija tuvo su primera menstruación decidí llevarla al ginecólogo por que es lo que aconsejan para ver que todo esté bien y tenga un desarrollo normal su aparato genital.


Mi hija me dijo que la daba mucha vergüenza ir a que la vieran y en vez de llevarla a mi ginecólogo que era una persona bastante seria y distante, la llevé a otro que me aconsejó una amiga que me dijo que era al que llevaba a su hija porque era muy cariñoso con las niñas de estas edades y sabía como tratarlas, sintiéndose ellas más relajadas.


Al llegar a la consulta nos atendió su enfermera y mandó pasar a la niña, esperando yo en la sala de espera, cuando al poco rato me avisó para que pasara al despacho.


Allí estaba todavía mi hija tumbada en la camilla con las piernas abiertas y el doctor me comentó que la había revisado y que en principio todo estaba bien, aunque debía decirme algunas cosas que quizás yo no estuviera enterada:


.- Su hija ya no es virgen, ¿lo sabía?


Obviamente, yo ya sabía que no lo era porque se encamaba con su padre y esta conversación tan incómoda era lo que yo más me temía, aunque tenía la esperanza de no tener que hablar de ello con él, por lo que me hice la sorprendida:


.- No, no lo sabía, doctor.


.- Eso no tiene mayor importancia, porque cada vez más  niñas de estas edades empiezan a tener relaciones y pierden la virginidad, pero he observado que ella está teniendo relaciones con un adulto.


.- ¿Y eso cómo lo sabe?


.- A ver, cariño, abre las piernas para que lo vea tu madre. Mire, como tiene los labios, están  muy abiertos para su edad (introduciendo el doctor los dedos en la vagina de mi hija), fíjese con que facilidad se abre su vagina al meterla los dedos y vea que al fondo sigue muy abierta. Eso es porque un pene de tamaño grande y grueso la está penetrando y además creo que con bastante frecuencia, porque ya tiene una buena dilatación para su edad. De todas formas, su hija lubrica muy bien en cuanto se la estimula y no tiene ninguna lesión de importancia. Se nota que tienen cuidado con ella para no hacerla daño. La niña no me ha querido decir nada, pero tengo la obligación de comentárselo a usted.


En ese momento me sentí muy avergonzada, porque el ginecólogo lo había descubierto todo y yo no sabía como salir de esa, si decirle la verdad o seguir disimulando para evitar males mayores, pero el doctor, seguramente por su experiencia, se dio cuenta de mi situación y me dijo:


.- No se preocupe señora. Yo suelo ver muchos casos así, incluso en niñas más pequeñas que me las traen ya por este motivo. Suelen desvirgarlas algún familiar cercano o sus padres incluso y entiendo que es una situación incomoda para la madre que me trae a su hija, y muchas veces no saben nada y otras si están enteradas y lo consienten por varios motivos.


En ese momento, un poco más tranquila por las palabras del doctor, me atreví a confesarle la verdad:


.- Sí, doctor, siento no habérselo dicho antes, pero me daba mucha vergüenza por lo que pudiera pensar de mí.


.- Ya la dije que no se preocupara por eso. Yo aquí veo de todo y ya estoy acostumbrado a estas cosas. ¿Quién se está acostando con la niña? ¿Un familiar cercano?


.- Sí, en realidad es su padre. Ya sabe como son estas cosas, empiezan jugando y los dos acaban excitándose demasiado, pero cuando vi que empezaba a metérsela, intenté advertirle para que no lo hiciera, pero  él me decía que como no tenía la regla todavía no iba a pasar nada. Por eso, ahora que la vino, me asusté un poco y pensé que era mejor que la viera.


.- Es normal, Ha hecho bien en traérmela. Ahora lo que hay que hacer es buscar una solución. Yo tendría que decirla que sería mejor que su marido dejara de tener relaciones con ella, pero ya sé que eso no va a pasar porque una vez que se empieza, al tener a la niña en casa es difícil aguantarse, por lo que tendremos que buscar algún método anticonceptivo para que no la embarace por accidente. Lo mejor para su edad sería que su padre usara el preservativo, pero ya sé que es incómodo tenerlo siempre a mano en ese momento y lo que suelo recetar a otras niñas en casos parecidos al suyo son una pastillas para regular la menstruación que las vienen bien y que sirven también como anticonceptivos.


.- Muchas gracias, doctor. Es un alivio para mí solucionar este problema.


.- Sí que es un problema, porque a mí me pone en una situación difícil, ya que cuando descubro que alguna niña está teniendo sexo con adultos, tendría que dar cuenta. 


.- No, por favor, no diga nada. La niña quiere hacerlo y no está siendo obligada y si la hiciera daño, yo no lo consentiría.


.- Bueno, ya veremos como lo arreglamos. Ahora espere fuera mientras termino de hacerle otras pruebas a la niña.


Volví a la sala de espera donde estaban otras dos madres con sus hijas, con cara de preocupación por lo que había pasado dentro. La que estaba a mi lado lo notó y me preguntó:


.- ¿Malas noticias o es que te has llevado alguna sorpresa?


Yo no sabía muy bien que contestarla y una vez más, me leyeron el pensamiento:


.- Jajaja, no me mires con esa cara. Ya sé lo que es pasar por eso, te has enterado de que a tu hija se la están metiendo ya ¿no?


.- Sí y como la ha empezado a venir la regla, estoy preocupada.


.- Bueno mujer. El doctor es muy comprensivo para estas cosas y te dará una solución.


.- Es que me ha dicho que tendría que dar cuenta a las autoridades. Estoy desesperada y no sé que hacer.


.- Sí, claro, es su obligación, pero todo tiene arreglo. A la mía empezó a follársela su tío y yo no sabía nada cuando la traje aquí la primera vez, así que imagínate la cara que se me quedó cuando me lo dijo.


.- ¿Y como lo arreglaste para que no diera cuenta?


.- Yo estaba desesperada también y acabé ofreciéndole a la niña.


.- ¿Qué quieres decir con ofrecerle a la niña?


.- Pues eso, dejar que se la follara.


.- No me digas. Y aceptó.


.- Claro, al principio me dijo que no, pero en realidad lo estaba deseando. Se la traje a última hora, cuando la enfermera ya no estaba y estuvo con ella más de media hora.


.- Pues yo tendré que hacer lo mismo entonces. Mi marido no sabe que la he traído aquí y si encima tenemos problemas por culpa de esto, no se que va a pasar.


La otra madre estaba oyendo la conversación e intervino:


.- Yo también tuve que hacer eso porque tuve que cubrir a mi marido. Te aconsejo que lo hagas para evitar problemas. Además si tu niña está ya acostumbrada por lo que dices, estará un rato con ella, se lo pasará bien y asunto arreglado.


En ese momento, la enfermera me vuelve a mandar pasar dentro y me recibe el doctor con mi hija ya vistiéndose.


.- En principio para tranquilizarla la diré que está todo perfecto, tiene un buen desarrollo en todos los sentidos y ella me ha contado que es muy activa sexualmente y que disfruta mucho del sexo, así que por esta parte no hay ningún problema. Sólo la he aconsejado de que antes de que la hagan la penetración, esté bien lubricada para que no la duela y todo sea más placentero, pero para que yo no diga nada tendremos que llegar a algún arreglo.


.- Ay, que vergüenza. Mire doctor, yo estoy dispuesta a lo que sea para que sea discreto y no de cuenta de esto.


.- ¿A qué estaría dispuesta?


.- Pues si quiere yo le traigo a la niña un día para que esté con ella.


 Él me puso mala cara porque estaba la enfermera por ahí cerca y cuando ella salió me dijo:


.- La que tiene que ser discreta es usted y no decir esas cosas delante de la enfermera.


.- Perdone, es que estoy muy nerviosa con este asunto.


.- Bueno, mire, tráigame a la niña mañana a última hora,  cuando la enfermera se haya ido.


Y así tuve que hacerlo. Al día siguiente me presenté allí a última hora y le dejé a la niña, diciéndome que volviera a por ella en una hora. Durante ese tiempo estuve dando un paseo, dándole vueltas en la cabeza a todo este asunto, temiendo que si llegara a enterarse mi marido de esto me mataba, pero no tenía otra salida y al fin y al cabo, el culpable de todo era mi marido precisamente por no saber aguantarse las ganas.


Unas calles cerca de allí me encontré con la madre con la que había estado  hablando en la consulta del ginecólogo el día anterior y le comenté que había dejado a la niña con él, y como me debió de ver muy nerviosa, me invitó a tomarme un café con ella, teniendo una conversación que me hizo ver las cosas de otra manera:


.- Tienes que pensar que has hecho bien. La niña se lo va a pasar bien y así tendrás al doctor con la boca callada.


.- ¿Pero a cuantas niñas se habrá follado ya el tío este?


.- Que yo conozca a cinco con la tuya, pero seguramente habrán sido muchas más. Si te has fijado, casi toda su clientela son niñas que las traen su madres por el mismo motivo que nosotras. Él sabe como tratar estos asuntos y a nosotras nos deja más tranquilas sabiendo que él conoce nuestro problema y que nos va a ayudar a llevarlo lo mejor posible.


.- Sí, eso es verdad. Estoy deseando ir a buscar ya a mi hija para que acabe todo esto y seguir con nuestra vida. Espero que no me la pida más veces.


.- A mí me la pidió dos veces ya. Cuando le gusta alguna en especial, suele decir que se la lleven más veces.


.- Pues vaya. Espero que no se envicie mucho con la mía.


.- No sé que decirte. La tuya está muy rica y es muy vicioso. Mi hija me dijo que la hizo de todo.


.- Y la tuya sigue haciéndolo con su tío ¿no?


.- Sí, mi hija quiere también y no puedo hacer nada para evitarlo, pero ahora estoy más tranquila sabiendo que no va a pasar nada por mucho que lo hagan. Además como yo estoy separada, mi hermano está casi siempre en casa y hace ya de padre con ella  casi.


.- Ah, ya entiendo. Por eso empezaría a hacerlo con ella.


.- Y yo sin enterarme. Vaya como me la dieron los dos, pero bueno, ya sabes como son los hombres, cuando tienen alguna niña cerca, en cuanto tienen oportunidad con ella, no la desaprovechan.


.- Sí, es tremendo. Mi marido tiene un vicio con ella que no veas, y cuando ni siquiera tenía tetas, ya le apetecía.


.- Debe ser por la sensación que tienen de metérsela en algo tan estrecho, porque nosotras ya no podemos darles eso, claro, después  de haber parido y todo.


.- Que disfruten mientras puedan. Luego llegan a nuestra edad y los hombres parece que sólo tienen ojos para las nenas.


.- Y que lo digas. Tú por lo menos estás casada y de vez en cuando algo tendrás ¿no? Pero yo estoy sola y tengo que andar buscando por ahí cuando me apetece y aguantar a cada uno que ni te imaginas, que al final muchos ni me hacen correrme.


.- ¿No tienes a algún amigo fijo?


.- No, tenía uno que estaba casado, con el que estaba encantada, pero su mujer sospechó y cómo no quería separarse, dejó lo nuestro.


.- Vaya, es una pena, porque como suelen decir, lo bueno está ya ocupado, ¿no?


.- Así es, amiga. Así que cuida al tuyo si estás contenta con él y aunque se folle a la nena, tú déjalo.


.- Si, yo los dejo, mientras vez contenta a la nena no voy a decirle nada. A veces parece como si estuviera viviendo solo con ella, porque por las noches se va a su habitación y duermen juntos.


.- Entonces como uno que conozco yo del barrio, que está divorciado y tuvo a su hija a su cargo desde pequeña, porque su madre se marcho y no saben de ella.


.- ¿Y te dijo que lo hacía con la niña también?


.- No me lo dijo, pero suele ir a la consulta de este ginecólogo también y ya me contó la vergüenza que le da estar esperando a su hija entre todas las mujeres. Pero yo lo sospecho, porque tengo una amiga que va a su casa a ayudarle en las tareas de la casa y me dijo que muchas veces la cama de la nena está sin deshacer, como si no hubiera dormido allí.


.- Ah, ya. O sea, que duermen juntos, ¿no?


.- Pues eso parece, aunque una vez que mi amiga le dijo que la cama de la niña siempre estaba hecha, él se puso bastante nervioso y la dijo que seguramente la haría la niña antes de ir al Colegio.


.- Sí, que gracioso. Como si la niña se fuera a preocupar de hacer la cama todos los días, sabiendo que luego iría tu amiga a hacérsela. 


.- Pues ya ves. Nosotras lo cotilleamos y llegamos a esa conclusión, aunque no nos metemos en su vida, porque bastante tenemos ya con lo de nuestra casa. Además empezó a llevar a su hija al ginecólogo cuando ni siquiera tenía la regla, así que debió de ir para consultarle algo que le preocuparía.


.- Seguramente empezaría a metérsela ya de bien pequeña y la haría algún daño a la nena. Y en ese caso tampoco debió de dar cuenta por lo que parece.


.- No, jaja, yo creo que eso nos lo dice a todas para asustarnos, pero que yo sepa, no debió de hacerlo ninguna vez.


.- Claro, para beneficiárselas a todas. Bueno, me voy a buscar a mi hija ya que llega la hora, a ver que me cuenta.


.- Tranquila mujer, ya verás como sale contenta diciéndote que se lo pasó genial.


.- Bueno, pues ya hablaremos en otra ocasión cuando nos veamos.


Efectivamente, cuando fui a buscar a mi hija, salió con una sonrisa en la cara, enseñándome un regalo que la había hecho el doctor y de vuelta a casa me contó lo que hicieron y que la había gustado mucho.


.- ¿Te gustó más que con papá?


Ella dudó en la respuesta, pero demostró su madurez diciéndome:


.- Mamá, no puedo decírtelo, es distinto. A papá le quiero mucho, pero el doctor me enseñó a darme más placer y a correrme más veces.


Vaya con mi niña, se estaba haciendo ya toda una mujercita con mucha experiencia.


Comentarios

  1. Saludos Gran Veronicca, Muy buena historia, Es una gran pena que cada vez nos resulte mas difícil encontrar estos relatos que nos gustan. Un saludo y un abrazo. Radiactivo88.

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